miércoles, 14 de mayo de 2008

Para amar

Hoy revisaba papeles, borradores en el notebook, notas para empezar a armar mi libro. Me entretuve leyendo poemas viejos, haciendo recuerdos y pensando en cuanta gente he amado. De esos amores que te duran lo que dura enamorada la hormona. Tengo algunos problemas de memoria pero creo que Daniel, el padre de Carla, debe haber sido el primer hombre que amé, aunque con trampas, porque más que amarlo lo admiraba mucho, demasiado, lo veía como un ser superior a mí. Ninguna relación funciona mucho tiempo asi. También lo odié mucho. Ahora me siento en paz con él y lo sigo admirando porque tiene un cerebro brillante y un corazón enorme. Pero ya estamos a similar altura del piso. Se siente bien.
Tuve hartos hombres en mi vida, pero bien pocos amores.
Mi siguiente gran amor fue y es Tomás, un ser que no es de este planeta, que cuesta mucho entender y a veces hay que tenerle paciencia y sonreír para no estresarse. Una persona que pasa un porcentaje mínimo de tiempo en la tierra. Tan concentrado que te hace sentir sola, tan autista que parece mal educado, pero tan sensible que si se lo dices reacciona y es lo más dulce a lo que una mujer podría aspirar. Un hombre que te apoya hasta agotar sus propias fuerzas. Un hombre con el que me gustaría quedarme lo que nos quede de vida.

Y ahora estoy aprendiendo una nueva manera de amar, haciendo una disociación entre mis hormonas y mi cerebro. Y entrenando una fuerza de voluntad que le copié a Miguel anarkangel. Aún no tengo claro si sólo es un velo, otro más, del camino a la verdad o efectivamente es un sentimiento que potenciar. Es complicado porque involucra a más personas y no todas están dispuestas a entender. Hay que pulir mucho aún.
Pero sí tengo claro que hay un par de hombres que amo y una gran mujer.

No tiene nada que ver con el sentimiento de amistad. Es amor por un otro a quien puedo mirar, abrazar, conversar y poner en practica el ejercicio voluntario de fidelidad para no dañar a nuestras maravillosas parejas.
No muchos podrían entenderlo, me asombra encontrarme en el último tiempo con gente que comparte mi manera de amar.

Por cierto, ante la duda abstente.

No hay comentarios: