viernes, 14 de marzo de 2008

Rincones

Los aseos profundos son largos, siempre quedan pelusitas por sacar. Es loco cuando sabes que sabes algo pero te lo confirma desde fuera gente que no te conoce. La verdad, pura y desnuda es que no existo. Existo desde el punto de vista biológico y legalmente, tengo un número en el sistema. Pero no existe una yo, soy como un envase que ha acogido lo que se le quisiera meter dentro, bichitos de toda clase que entran y salen. Yo lo se de muy niña, pero mi instinto de supervivencia logró mantener la boca cerrada, he sentido cómo las almas de los muertos a veces entran, respiran y miran a través mío, la última vez fue el 3 de diciembre, cuando tuve la crisis que me llevó al hospital. Por eso evito cementerios o iglesias antiguas, porque mi cerebro humano y racional colapsa con la experiencia. Y los vivos, con los vivos es peor, puedo sentir lo que están sintiendo y me agoto en extremo, sus sensaciones se meten en mi piel y más profundo. Un mall me colapsa, siento un millón de ruidos en mi cabeza y que va a reventar. Un mall para mí es tan perturbador como un manicomio.
La señora del tarot no logró encontrarme, me miró con cara de sorpresa y me dijo "no entiendo, no te encuentro, es como que no existieras, veo todo a tu alrededor pero no te encuentro a ti"
No pude hacerme una canalización, no estoy. El péndulo se queda quieto sobre mí. La reikista la sufre, me pide disculpas por no tratarme más (ni siquiera a distancia) pero se siente pésimo, siente que se quema cuando trabaja conmigo.
Voy donde médicos tradicionales de la Chile que trabajan de manera experimental con técnicas no tradicionales, me ponen imanes por todos lados, sensores conectados a una maquinita, me pasan por encima una maquina extraña que mide tu nivel de energía y me dicen que pierdo una cantidad formidable de energía por alguna parte...¿cómo sigo en pie?? ni idea.

OK, intentemos con la medicina tradicional, ya he contado antes todos mis achaques, no los voy a repetir, tratamiento con fármacos porque no aguanto más el dolor y psicoterapia. Después de 3 meses de psicoterapia la psicóloga concluye lo mismo que yo venía escribiendo en los blogs y el fotolog hace rato. Necesito cambiar de piel, necesito existir, necesito nacer de nuevo porque acá no hay nada, es duro escucharlo de una profesional tradicional. Y para nacer de nuevo la única manera es morir.
Y hay dos maneras de hacerlo, muriendo y muriendo. Dejo este cuerpo y el número que me asignaron y me muero (consecuentemente con mi postura del libre albedrío respecto a la propia muerte). O aprovecho lo que le queda a este cuerpo y muere todo lo demás. Es re complicado decidir morir en vida pa despues renacer, hay caleta de gente que se queda pegada en la muerte en vida y pasa los años así.
Haciendo una metáfora cristiana yo me crucifiqué hace rato y varias veces. El cuento se complica con la resurrección.
Sigo en la etapa de crucifixión, pero aún no he decidido morir, por eso tantas dudas. Porque entre muerte y resurrección hay un montón de caminos que recorrer.
Pero ya que no existo no se qué podría perder.

PS: Vincent, si lees esto intenta recordar lo que me dijiste el día que nos conocimos y me sacaste una carta. Y cuanto me molesté por el comentario. Por lo directo al hueso que llegó.

3 comentarios:

Arabe_loc0 dijo...

es bueno cerrar esa habitacion y seguir adelante,



solo decia nomas

Anónimo dijo...

morir mirando la resurrección.
solo espero que también celebres con chocolate
como corresponde

Anónimo dijo...

Hola hermana mayor, tanto tiempo ha pasado entre ambos....sí, recuerdo lo que hice al conocernos, y la verdad es que necesitabas de esa carta, de esa frontalidad que suelo tener con quienes amo. Solo espero que ahora necesites de las palabras de aliento que puedo darte...un beso a usted, su consorte y su retoña.