Escribo en papelitos.
Un montón de papelitos con frases sueltas, párrafos enredados, cebolleros, desencantados, reencantados y mis favoritos: los amontonamientos de letras mecánicas que no dicen nada y suenan a gárgaras, mezclados con espirales, flores venusinas y algún "dato de extrema importancia, favor guardar en lugar seguro". Una que otra salpicadura con el nombre y los nombres de mi daemonio favorito haciendo rococó en los extremos.
Nado en papelitos.
De pronto me ahogo y boto todo, cada obra sangrada e inmeditada a la bolsa de supermercado que uso de basurero. Luego desespero por la pérdida.
Virtualizo papelitos.
Reintentando sumarme a las huestes que hacen público lo privado retorno a este lugar. Total, tiene mi nombre, supongo que puedo usarlo y desusarlo a mi antojo.
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3 comentarios:
Tanto papelito, tanto papel en la vida, tantos roles, tantas caras y tantas máscaras. Tanto que puede dejarnos sin energía haber sangrado tanto para cada uno de ellos y luego verlos caer... es triste.
...dando en el clavo...
ya casi no escribo... porque mis papelitos tenían destinatario... y ya no... no están en la basura, pero sí ocultos de la luz para siempre, que es casi lo mismo... este año no recibiré la tan anhelada carta del viejito pascuero que el emperador escribía y esperaba que yo le entregara a la vieja pascuera en su nombre... este año ni el heredero quiere escribir...
y yo... no tengo fuerzas ni siquiera para levantar el lápiz y garabatear mi nombre ni mi título noble... quizás pasen los años y, como mi abuelita, olvide escribir y me limite a firmar con mi nombre tembloroso papeles de los que desconozca el sentido... quizás ni siquiera alcance a ser abuelita... quizás ni siquiera me pidan que firme nada...
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